- Buenaventura González del Campo
Presidente de SIGAUS









Buenaventura González del Campo
Presidente de SIGAUS

SIGAUS se ha convertido, en estos años de andadura, en un referente de conocimiento técnico, buena gestión y cumplimiento para todos nuestros grupos de interés. Desde las Administraciones competentes, a quienes ayudamos con nuestra información a tomar las mejores decisiones; los gestores, que cuentan con un modelo de financiación que les aporta la necesaria seguridad económica, acorde a sus costes; el tejido económico productor de aceite usado, a cuya disposición hemos puesto un modelo que llega hasta el último rincón de España (incluyendo la recogida gratuita bajo especificaciones), hasta, por supuesto, nuestros socios y adheridos, que nos hacen extensivo su compromiso de protección ambiental y cumplimiento normativo. Y sin perder de vista al ciudadano, a quien devolvemos parte del valor que generamos con iniciativas de sensibilización y responsabilidad social.
A SIGAUS nos toca seguir cumpliendo con todas estas expectativas, identificando, analizando y –en la medida de lo posible– multiplicando el impacto de nuestras actuaciones sobre toda la cadena de valor. Así lo hemos hecho, de nuevo este año, en nuestra Memoria de Sostenibilidad, que les presento en estas líneas. El documento cuenta con el respaldo de una verificación externa especializada y está elaborado conforme a los Estándares GRI, un marco de referencia internacional que ofrece a nuestros grupos de interés indicadores claros, comparables y transparentes sobre nuestros principios de actuación y nuestro desempeño. Mi mayor reconocimiento y agradecimiento a todos los integrantes del equipo sin cuya aportación estos resultados no serían posibles.
Ha sido 2019 un año de fuertes tensiones comerciales en todo el mundo, donde la economía española ha registrado un crecimiento real del 2%. Aunque de nuevo por encima de los países del área del euro, la evolución a lo largo del año fue mostrando signos de moderación, con cierta ralentización de la demanda interna, cuya manifestación más llamativa fue la reducción del volumen de inversión. Un comportamiento que puede relacionarse con el deterioro sufrido en la industria manufacturera, observado en toda Europa, y resultado del menor dinamismo comercial y de la incertidumbre asociada principalmente a dos factores: el Brexit, por un lado, y la debilidad del sector del automóvil, por otro, que tiene un peso muy fuerte en el conjunto de la economía europea.
Este cierto estancamiento de la actividad industrial ha incidido de manera directa en el consumo de productos petrolíferos, que presentó un descenso del 0,3% en el conjunto del año y donde tan solo queroseno y gasolinas, más relacionados con el consumo privado o las actividades de servicios, registraron valores positivos. Así, el consumo de GLP cayó más de un 7% y el fuelóleo cerca de un 4% anual, incluyendo una muy intensa contracción, de en torno al 20%, en los meses finales del año. Por su parte, el consumo de lubricantes se mantuvo prácticamente plano para el conjunto de productos, y descendió un 0,8% para los lubricantes adheridos a SIGAUS.
Un cierre airoso, aunque poco prometedor, para un año caracterizado, tanto en el ámbito nacional como internacional, por la creciente preocupación por la crisis climática, que cada vez adquiere más protagonismo en foros e instituciones de todo tipo.
En lo que concierne a los residuos, vimos cómo la Economía Circular ocupó un espacio destacado en los debates y ya se consolida como un eje esencial de la lucha climática. También una prioridad del Gobierno de España. La 25 cumbre de las Partes del Convenio de las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático (COP-25) que se celebró en diciembre en Madrid, fue el gran hito institucional de un año marcado por la inestabilidad política (vivimos dos elecciones generales) y el escaso movimiento regulatorio, si bien desde SIGAUS aportamos nuestra visión y experiencia en distintos procesos de consulta, tanto de las Comunidades Autónomas (muy activas en la presentación de proyectos normativos), como del Gobierno central, como la consulta pública sobre el proyecto de Real Decreto de envases y residuos de envases, que al sector fabricante nos atañe de forma directa, ya que nos exigirá nuevas obligaciones respecto de los envases industriales y comerciales en los próximos años, que habrán de gestionarse bajo un sistema de responsabilidad ampliada del productor.
Precisamente, en materia de obligaciones –el núcleo del mandato que tenemos de nuestros socios y adheridos– aseguramos al mercado un cumplimiento sin fisuras y sin comprometer nuestra solvencia, con la aplicación de un mecanismo flexible de financiación de las empresas gestoras, y con la actualización anual de nuestra cuota de mercado.
Del otro lado de la cadena, ser pequeños en tamaño no nos impide tener una ambición muy grande. Estamos convencidos de la capacidad multiplicadora de la sensibilización y la formación, dos elementos que se reconocen como cruciales por las instituciones para el impulso de la Economía Circular, y la protección ambiental. En este sentido, seguimos siendo dinámicos respecto a consumidores, industrias y talleres, y estamos orgullosos de nuestras acciones sociales y de nuestro modesto programa formativo que trabaja para que los profesionales del futuro comiencen sus carreras con una arraigada perspectiva ambiental.
En junio de 2020, cuando cerramos esta Memoria, nos enfrentamos a los nuevos retos que ha puesto sobre la mesa un terremoto económico y social sin precedentes como la pandemia mundial del Covid-19. Retos que se suman a los que ya teníamos, que nos obligan –una vez más– a adaptarnos, a rediseñar modelos de actuación, pero que deberían llevarnos también a descubrir nuevas oportunidades económicas y ambientales para todos. Nuevos horizontes, pero con una misma prioridad y un mismo compromiso por nuestra parte: proteger el medio ambiente, cumplir nuestras obligaciones, y hacerlo de forma eficiente, transparente y colaborativa.