En SIGAUS llevamos muchos años promoviendo la transición de la economía lineal a la circular, para que empresas fabricantes y consumidores asuman este principio de desarrollo como una herramienta para concebir el residuo como materia prima a la que hay que sacar todo su valor.
Gira el cubo para navegar por las secciones
Catedrático de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Doctor en Biología y divulgador ambiental en el Laboratorio de Socioecosistemas de la UAM.
«Nuestra generación es la primera que está viviendo mejor que nuestros padres y abuelos, y muy probablemente, mejor que nuestros hijos y nietos. Necesitaríamos más de tres planetas para cubrir nuestro nivel de demanda de recursos. El modelo de consumo actual debe cambiar de forma radical. El crecimiento futuro no puede ser ilimitado en un mundo limitado».
Cuando Zigmunt Baugman, sociólogo polaco, vino a recoger el premio Príncipe de Asturias dijo que en los países occidentales nuestra generación es la primera que está viviendo mejor que nuestros padres y abuelos y, muy probablemente, mejor que nuestros hijos y nietos, que tendrán que enfrentarse a un mundo cargado de incertidumbres, problemas y pandemias.
Los incrementos graduales de las temperaturas y los efectos del cambio climático, la acumulación de residuos y en especial de plásticos, la desaparición progresiva de especies, el agotamiento de recursos limitados o la deforestación progresiva, son solo algunos de los síntomas de las enfermedades que aquejan a nuestro planeta y que estamos dejando en herencia a nuestros hijos.
Cuando yo nací, en el año 1958, los habitantes del planeta no llegaban a 3.000 millones. En la actualidad ya nos estamos acercando a los 8.000. No sólo se ha más que duplicado nuestra presencia en el planeta, sino que el nivel de consumo y la presión sobre los recursos se ha disparado exponencialmente. Necesitaríamos más de tres planetas para cubrir nuestro nivel de demanda de recursos.
Ante esta situación, el modelo de consumo actual debe de cambiar de forma radical, de tal forma que pasemos de consumir mucho y barato a consumir mucho menos y de recursos que procedan de fuentes renovables, aunque los costes sean mayores. Las empresas tienen el reto ineludible de producir de forma mucho más sostenible y respetuosa con el entorno para enfrentarse a un futuro esperanzador con confianza e ilusión. El crecimiento futuro no puede ser ilimitado en un mundo que tiene unos límites biofísicos concretos y claramente definidos.
El tránsito hacia la Economía Circular requiere de un cambio de paradigma en cómo las empresas y los consumidores piensan en la producción y consumo de los productos. Éstos deben ser cada vez más duraderos y eficientes, para que al final de su vida útil se conviertan en recursos. Una de las fórmulas para conseguirlo es la implantación de políticas de prevención: actuar, a través de programas de I+D+i, sobre los productos, para que éstos sean cada vez más longevos, ofrezcan un mejor rendimiento y sean más respetuosos con el medio ambiente.
Desde hace décadas la prevención lidera en Europa la jerarquía sobre qué opciones son más aconsejables en la gestión de los residuos. Lejos de perder protagonismo, la prevención es hoy entendida como un pilar básico del reciente impulso por la Economía Circular. La Estrategia Española de Economía Circular aboga por la implantación de políticas de prevención en las empresas, con medidas encaminadas a potenciar la durabilidad de los productos y el aprovechamiento de los residuos como fórmula que proporciona los mayores beneficios ambientales y económicos.
Bajo esta visión, en SIGAUS elaboramos desde hace una década Planes Empresariales de Prevención (PEP), habiendo presentado diez informes anuales de Seguimiento y Control de los mismos, en los que nuestras empresas adheridas han declarado la puesta en marcha de más de 6.000 acciones para la fabricación de aceites industriales más duraderos, más eficientes, con menos sustancias contaminantes y reducir con ello el impacto ambiental de su utilización.
Si bien en sus inicios el objetivo fundamental de estos Planes era su propia consolidación como instrumento aceptado por el sector, hoy día las empresas participantes en los PEP de SIGAUS son claramente conscientes de sus responsabilidades (más allá de las obligaciones legales), se identifican con los objetivos de prevención, han interiorizado la importancia de registrar las actuaciones que desarrollan y están familiarizadas con el procedimiento de su declaración.
Jerarquía europea en la gestión de residuos
“Más de 6.000 acciones se han puesto en marcha desde 2010 para lograr la formulación de aceites industriales más duraderos, eficientes y reducir su impacto ambiental”.
En 2019 elaboramos, y remitimos a las CC.AA. y al MITECO, un nuevo Informe anual de Seguimiento y Control acerca de la Ejecución de las medidas de prevención llevadas a cabo por las empresas adheridas a SIGAUS en el marco de lo establecido en el III Plan Empresarial de Prevención 2018—2021 (PEP). Sus principales resultados confirman que las empresas adheridas han intensificado sus esfuerzos para continuar con la aplicación de acciones que contribuyan a conseguir los objetivos de prevención fijados.
«En 2019 un total de 173 empresas participaron en el III Plan Empresarial de Prevención de SIGAUS, declarando 801 nuevas acciones destinadas a reducir el impacto del aceite industrial».
empresas presentaron declaraciones efectivas
líneas de actuación
de las empresas actuaron en más de una línea
nuevas acciones puestas en marcha
acciones de media por empresa
Más de
medidas en materia de información y sensibilización
El Plan de Prevención de SIGAUS se estructura en 7 líneas o áreas que responden a diferentes aspectos de los procesos de diseño, fabricación y comercialización de aceites industriales.
Mecanismos para alargar la vida útil del aceite industrial.
Mecanismos para mejorar las características del aceite industrial a fin de facilitar la gestión final del aceite usado.
Incorporación de aceites base regenerados en las formulaciones de aceites nuevos.
Otras acciones que reducen la cantidad o peligrosidad de los aceites usados.
Campañas de información y otras acciones de sensibilización.
Certificaciones de carácter medioambiental.
Estudios y proyectos de innovación en el ciclo de vida de los lubricantes.
Las acciones emprendidas por nuestras empresas suscritas al Plan Empresarial de Prevención han derivado en importantes beneficios ambientales, como la reducción de emisiones contaminantes y un importante ahorro de materias primas.
61.234 t de aceites formulados para alargar su vida útil.
El ahorro durante 2019 de 40 millones de € en cambios de aceite, respecto a los cambios que hubieran sido necesarios para el mismo parque móvil, 5 años atrás1.
1.892 t de aceites concebidos para facilitar su gestión final.
La regeneración de esos aceites usados suponen el ahorro de la misma cantidad de CO2 que la que absorben 2 hectáreas de chopos tras 30 años2.
21.330 t de bases procedentes de la regeneración o reciclado de aceites usados, utilizadas en la formulación de nuevos aceites.
Se evita la utilización de 10 millones de barriles de petróleo en la producción, mediante el primer refino, de esa cantidad de lubricantes3.
54 t de aceites industriales específicamente creados para su aplicación en técnicas de microlubricación, que contribuyen a ahorrar grandes cantidades de aceite, minimizar el residuo y mejorar el rendimiento de la maquinaria.
Evitar la utilización de un volumen de taladrinas (aceite emulsionado con gran cantidad de agua) para lubricar esos mismos procesos similar a una piscina olímpica4.
2.304 t de aceites industriales biodegradables, a base de ésteres vegetales u otras sustancias.
Se evita la generación de una cantidad de aceite usado que llenaría un tren de vagones cisterna de 360 m de largo5.
Durante diez años el sector del lubricante ha sido activo como pocos en la creación de nuevas fórmulas para satisfacer las demandas cada vez mayores de lubricantes más sofisticados y respetuosos con el entorno, que requieren de investigación y de tecnologías más avanzadas para mejorar el rendimiento de los productos, reducir sus compuestos contaminantes, y hacer que los procesos industriales sean más eficientes y económicamente rentables.
Mano a mano, hemos trabajado con nuestras empresas adheridas en el marco de los PEP, poniendo a su disposición una Oficina Técnica de Seguimiento, desde la que nuestros expertos en políticas de prevención han ofrecido asesoramiento, así como una herramienta informática que permite identificar y registrar de manera cómoda e intuitiva las medidas llevadas a cabo.
Leyenda:
1. Barriles de petróleo: Según la U.S. Enviromental Protection Agency (EPA) se necesitan 42 galones de crudo (1 barril) para producir 2,5 cuartos de galón (2,37 litros) de base lubricante.
2. Aceites biodegradables según la norma OCDE 301, que establece un mínimo de biodegradación del 70%.
3. Tomando como referencia un ahorro del 50% del aceite necesario en caso de no utilizar la microlubricación y una disolución del aceite en agua al 5% para ese mismo uso, que típicamente se refiere a la utilización de taladrinas.
4. Ahorro CO2: Por la utilización de aceites concebidos para facilitar su regeneración, en relación a las emisiones producidas para fabricar la misma cantidad de lubricantes mediante el refino del petróleo, y según el estudio Updating the study Ecological and energetic assessment of re-refining waste oils to base oils (IFEU, 2017).
A través de nuestros Planes Empresariales de Prevención canalizamos las iniciativas adoptadas por nuestras empresas adheridas suscritas para avanzar en el desarrollo de productos más duraderos, eficientes y sostenibles.
En 2010 presentamos el I Plan Empresarial de Prevención, con una vigencia de 4 años. En él se articulan 5 líneas de prevención.
160 empresas participantes declararon 1.900 actuaciones.
En 2014 presentamos el II Plan Empresarial de Prevención que incorporó una nueva Línea de Prevención (LP5) específica sobre “Campañas de información y otras acciones de sensibilización”, y un claro alineamiento con el Programa Estatal de Prevención de Residuos 2014-2020.
En 2018 presentamos el III Plan Empresarial de Prevención, que incluye una nueva Línea de Prevención, la LP7, que hace referencia a los “Estudios y proyectos de innovación en el ciclo de vida de los lubricantes”, y se alinea con el impulso de la prevención recogido en el Pacto por una Economía Circular.
Gestionamos uno de los residuos peligrosos que se genera de forma más extendida y dispersa geográficamente. Cada año recuperamos cerca de 140.000 t de aceites usados netos, que se generan de forma muy fragmentada en todo el territorio español. El 72% de los municipios que atendemos son rurales, donde hay un mayor riesgo ambiental y la recogida del residuo es especialmente costosa.
En SIGAUS hacemos posible un servicio de recogida de gran capilaridad, capaz de recoger el residuo en cualquier punto del territorio donde se produzca, por lejano e inaccesible que esté. Para ello, articulamos mecanismos legales, operativos y económicos eficaces que aseguran la recuperación del residuo no sólo en entornos urbanos donde se genera una mayor concentración sino, especialmente, en las zonas alejadas de estos núcleos urbanos, donde hay una mayor dispersión del residuo y se acrecientan los riesgos ambientales.
“En 2019 llevamos a cabo 180.982 operaciones distintas de recogida en 70.180 puntos distintos de toda España, en los que recuperamos 159.854 t brutas de residuo”.
brutas recogidas
municipios con recogida
operaciones de recogida
recogida más habitual
recogidas diarias
de impropios recogidos
(agua y sedimentos)
recogidas diarias
de impropios recogidos
(agua y sedimentos)
Debido a factores demográficos, socioeconómicos y de la propia naturaleza del residuo, gran cantidad de éste se concentra en pocos municipios, mientras que otras cantidades no menos importantes se fragmentan considerablemente por un amplio territorio que hay que cubrir con un sistema logístico eficiente. Concretamente, el 80% del residuo generado se concentró en tan sólo 569 municipios, sólo un 7% de los municipios españoles, que abarcan apenas un 15% del territorio nacional. El 20% restante del aceite usado se distribuye por el resto de España, 7.562 municipios, de los que más de 1.000 municipios requirieron un servicio de recogida para una generación que no llegó a 1.000 kg al año.
“El 20% más disperso del aceite usado se distribuye por el 93% de los municipios y el 85% del territorio en España”.
Cerca de tres cuartas partes de los municipios atendidos (3.468) son rurales. En ellos efectuamos 37.012 operaciones de recogida, haciendo efectiva la recuperación de 33.354 t de residuo (el 21% del residuo bruto recogido). La dispersión con la que el aceite usado se genera en estas zonas obliga a realizar recorridos de larga distancia para atender y asegurar el servicio de recogida en estos miles de municipios donde se produce poco residuo.
Durante el pasado año la distancia media recorrida fue de 56 km, para recoger tan sólo un promedio de 9.618 kg por municipio. Este factor de la distancia es, junto al propio volumen de residuo recogido, lo que determina el coste de la operación y, por lo tanto, su rentabilidad. En estas zonas geográficas donde se requieren mayores desplazamientos para recoger menores volúmenes de residuo, el modelo logístico-financiero articulado por el Sistema es vital para garantizar la protección ambiental.
Otras zonas donde la generación del residuo presenta altos índices de fragmentación y dispersión geográfica, y con mayor riesgo ambiental si cabe, se sitúan en el entorno de espacios naturales protegidos (Parques y Reservas Naturales, Parques Nacionales, Reservas de la Biosfera, Zonas Ramsar y Parques de otras figuras –Parque Periurbano, Regional, Rural), donde recuperamos 4.422 t en 645 municipios, y en el entorno de recursos hídricos, donde evitamos el potencial contaminante de 2.129 t de aceites usados.
Recogida en el medio rural (t)
Productores atendidos en vacíos de población*
Recogida en zonas de montaña (t)
Productores atendidos en zonas de vulnerabilidad ambiental**
Recogida junto a espacios protegidos (t)
Espacios protegidos en cuyo entorno se recogieron aceites usados
Recogida junto a recursos hídricos (t)
Municipios con recogida en zonas de vulnerabilidad ambiental
* Municipios de menos de 1.000 habitantes.
** Puntos de recogida en el entorno de espacios protegidos y recursos hídricos, sin duplicaciones en el caso de que un mismo productor se encuentre en el entorno de ambos.
La generación del aceite usado se deriva del consumo de lubricantes en una gran diversidad de aplicaciones y actividades empresariales en las que se utilizan compresores, turbinas, transmisiones o engranajes. El pasado año atendimos la recogida en 70.180 establecimientos de todo tipo, desde talleres de automoción e industrias, a otras actividades como la hostelería, construcción, empresas de transporte, alquiler de vehículos, parques eólicos, sistemas ferroviarios, y hasta alojamientos hoteleros, que también generan importantes cantidades de residuo como consecuencia de su actividad. En cada establecimiento recogimos una media de 2.278 kg de residuo, con una frecuencia estimada de 2,6 recogidas a lo largo del año.
Más de la mitad de los establecimientos atendidos fueron talleres de automoción, que suman en total 38.632 puntos generadores de aceites usados. El servicio de recogida en cada uno de ellos tuvo una frecuencia media de 2,8 veces durante todo el año.
La industria aporta, sin embargo, casi el mismo volumen de aceite usado que los talleres, debido a que genera cantidades mucho mayores, pese a que el número de instalaciones es considerablemente inferior. De media, cada industria generó 4.799 kg, un volumen muy superior a los 1.598 kg generados de media por taller.
Cuando el aceite usado llega al final de su vida útil, entra en escena un modelo de gestión preparado para sacar del residuo todo su valor. Dependiendo de su composición, puede realizarse una valorización material del residuo para convertirlo en materia prima para la fabricación de nuevos productos, o un tratamiento para convertirlo en combustible útil para su aprovechamiento energético.
En 2019 valorizamos 135.591 t netas de aceites usados (descontados los impropios recogidos junto al aceite usado en origen, y que requieren una gestión específica) a través de los distintos tratamientos. Y superamos en 8 puntos porcentuales el objetivo de regeneración marcado por la normativa (>65%), gracias a la regeneración del 73% de los aceites usados recogidos regenerables, 97.350 t.
Análisis y clasificación
Regeneración
Es la opción que la legislación europea y española establecen como preferente. Consiste en un refino del aceite usado para eliminar el agua, sedimentos, aditivos, metales pesados y otros productos de reacción presentes en el residuo, y extraer bases lubricantes válidas como materia prima para la formulación de nuevos aceites.
Aceite usado regenerado
Objetivo conseguido: >65% de los aceites usados regenerables
Valorización energética
Tras un tratamiento físico-químico de descontaminación, el aceite usado puede ser usado como combustible industrial, aprovechando su poder calorífico en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc., evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo.
Aceite usado valorizado energéticamente
Reciclado
El aceite usado también se puede someter a un reciclado material, siendo válido para su utilización en otras aplicaciones o para producir otros materiales como, por ejemplo, betún asfáltico, que luego se usa para telas impermeabilizantes, o arcillas expandidas.
Aceite usado valorizado materialmente mediante reciclado
Objetivo de valorización: 100% de los aceites usados recuperados
(art.8 RD 679/2006)
El tratamiento del residuo mediante procesos de regeneración y valorización energética trae consigo importantes beneficios ambientales, desde el ahorro de materias primas y energía, hasta la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El aceite usado tratado el pasado año mediante procesos de regeneración para la obtención de nuevas bases lubricantes hizo posible devolver al mercado 60.941 t de nuevos lubricantes, lo que permitió un ahorro de 29 millones de barriles de petróleo, respecto a si su fabricación hubiera sido a partir del refino del petróleo. Además, este tratamiento hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 64.933 t de CO2. Esta producción de bases lubricantes a partir del residuo permitió también un importante ahorro de energía, ya que se requirió del uso de 1.237 GWh menos respecto a si su fabricación hubiera sido mediante el refino.
Con los aceites usados valorizados energéticamente se produjeron 33.274 t de combustible de uso industrial, lo que permitió un ahorro de 4 millones de barriles de petróleo en relación a la producción convencional de fuel óleo a partir de ese recurso natural. Ello derivó también en un ahorro de energía de 34 GWh, y un total de 20.260 t de CO2 no emitidas a la atmósfera.
| Por la regeneración del aceite usado | Por la valorización energética del aceite usado | |
| AHORRO DE GASES DE EFECTO INVERNADERO | 64.933 t de CO2 | 20.260 t de CO2 |
| AHORRO DE MATERIAS PRIMAS | 29 millones de barriles de petróleo | 4 millones de barriles de petróleo |
| AHORRO DE ENERGÍA | 1.237 GWh | 34 GWh |
| PRODUCCIÓN DE NUEVOS PRODUCTOS | 60.941 t de nuevos lubricantes | 33.274 t de combustible de uso industrial |
Nota: Los cálculos del ahorro en energía, materias primas (petróleo) y reducción de emisiones de CO2, como consecuencia de las operaciones de valorización energética y regeneración, se han llevado a cabo utilizando fórmulas de cálculo supervisadas y revisadas por personal experto en medio ambiente y sostenibilidad de la División de Energía y Medio Ambiente de Tecnalia (www.tecnalia.com), en base a estudios bibliográficos (fuentes oficiales como la U.S. Environmental Protection Agency o el Institut für Energie-und Umweltforschung Heidelberg y artículos científicos tanto nacionales como internacionales) y consultas a la base de datos Ecoinvent.
“La obtención de nuevas bases lubricantes mediante la regeneración del residuo hizo posible devolver al mercado 60.941 t de nuevos lubricantes, lo que permitió un ahorro de 29 millones de barriles de petróleo”.
Beneficios en toda la cadena de valor
Nacimos con la misión de contribuir a la protección del medio ambiente y la conservación de los recursos naturales. En nuestro ADN está el compromiso por la prevención, impulsando medidas para el desarrollo de aceites industriales menos contaminantes, y de ser los garantes de una gestión responsable que cada año evita el impacto ambiental de miles de toneladas de aceites usados en nuestro país. Nos ocupamos de que sean debidamente tratados para evitar sus efectos nocivos y convertirlos en nuevas materias primas, logrando con ello importantes beneficios ambientales.
